El rol de las bacterias y el microbioma en nuestra salud está en el foco de las investigaciones médicas recientes, que sugieren que los virus bacteriófagos podrían tener un papel esencial
¿Qué es lo primero que nos viene a la mente cuando pensamos en virus?: habitualmente, enfermedades y otros padecimientos relacionados, siempre perjudiciales para nuestra salud. Pero esta percepción es errónea. Recientemente se ha retomado una línea de investigación iniciada en la primera mitad del siglo XX que apunta que algunos virus —en concreto aquellos que se alimentan de bacterias— influyen positivamente en nuestro microorganismo.
Dentro de nuestro microbioma —la suma de todos los microorganismos— siempre se ha prestado especial atención a las bacterias, quedando la micobiota (hongos) y virus en un segundo plano. Especialmente tras el descubrimiento de los antibióticos. Es cierto que estos han demostrado su efectividad, pero también eliminan muchas bacterias beneficiosas para la salud.
¿Cómo actúan los virus bacteriófagos?
Al contrario de lo que podría parecer, estos virus no tienen interés en las células humanas. Tan solo atacan bacterias determinadas, toman posesión de su maquinaria celular y la usan para replicar su material genético. Así, si las bacterias influyen en la salud y las enfermedades, este tipo de virus debería jugar también un rol crucial.
El resurgir del interés en estos virus es reciente, sobre todo por su especificidad y la ausencia de efectos secundarios, pero por su tamaño son muy difíciles de investigar. Las bacterias miden entre 0,4 y 10 micrómetros, y los virus son aún más pequeños: rondan los 0,02-0,04 micrómetros (para tomar conciencia de su tamaño, el diámetro de un cabello humano es 3.500 veces mayor, aproximadamente). Además, los virus no comparten genes entre especies.
Aun así, se puede asegurar que los virus bacteriófagos tienen un rol relevante en la salud del ser humano, y una vez se avance en nuevas líneas de investigación se podrá saber cuál es su verdadero impacto.
