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Pequeñas partículas óseas halladas en la sangre podrían arrojar luz sobre los accidentes cardiovasculares

Ciencia, cultura y sociedad
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La osificación es un fenómeno tan complejo como intrigante que ha llevado a no pocos profesionales médicos a realizar numerosas investigaciones al respecto. En Zinkinn también hemos podido conocer un poco más con proyectos como un nuevo tratamiento para la osificación heterotópica neurogénica, presentado por el Hospital de Santiago de Compostela. Sin embargo, existe un fenómeno relacionado con la osificación que ha despertado la curiosidad de los investigadores y es el descubrimiento, nada menos, que de partículas similares a las óseas en el torrente sanguíneo.

Partiendo de estudios previos donde ya se señalaban procesos donde se observaron vasos sanguíneos de la médula espinal convirtiéndose en tejido ósificado en edades avanzadas, investigadores de la Universidad de Texas en Arlington (EE.UU.) han presentado un estudio de lo más relevante en la revista Microcirculation. En él no sólo demuestran la presencia de estas partículas en los vasos de la médula ósea, sino que también plantean la posibilidad de que puedan estar relacionadas con la aterosclerosis.

El hallazgo se produjo tras examinar mediante un microscopio de alta precisión dichos vasos, confirmando y cuantificando la presencia de las partículas de carácter óseo en muestras de sangre entera periféricas de humanos y ratas.

Rhonda D. Prisby, University of Texas in Arlington.

Aunque la profesora Rhonda D. Prisby, principal autora del estudio y profesora asociada de quinesiología de la citada universidad, indica que todavía no podemos encontrar una explicación al proceso de calcificación vascular, sí que apunta en la dirección que señala a un mecanismo impulsado por diferentes tipos de células situadas en las paredes de los vasos sanguíneos y el tejido que los rodea. Al haber descubierto mediante el microscopio partículas de carácter óseo en la superficie de vasos sanguíneos de transición, el equipo de Prisby plantea la posibilidad de que ese sea el origen de las mismas que posteriormente pasan a la sangre.

La presencia de estas partículas se ha detectado indistintamente en vasos sanguíneos de la médula ósea tanto de sujetos jóvenes como ancianos, así como en ratas también pertenecientes a ambos rangos de edad. Como señala la doctora Prisby, el hecho de haber encontrado estas partículas circulando por el flujo sanguíneo es un aspecto que debería comenzar a tenerse muy en cuenta a la hora de estudiar los procesos de calcificación, los ataques al corazón y los infartos.