Uno de los momentos más emocionantes para los futuros padres se produce cuando el bebé comienza a dar sus primeras patadas dentro del útero. Mucho se ha conjeturado sobre las razones de esta primera manifestación hacia el mundo exterior del bebé pero ahora, por fin, parece que tenemos una explicación científica sobre ello.
Investigadores de la Universidad de Londres han llegado a la conclusión, en un estudio publicado en Scientific Reports, de que los bebés realizan este tipo de actos como método de exploración de su propio cuerpo y el entorno biológico que les rodea.
Mediante la medición de las ondas cerebrales 19 recién nacidos durante el periodo de sueño, comprobaron que los movimientos de su mano derecha provocaban que las ondas cerebrales se activaran inmediatamente después en la parte del hemisferio izquierdo encargado de procesar el contacto con la mano derecha. Este análisis les permitió observar que las patadas en las últimas etapas del embarazo les ayudaban a desarrollar áreas cerebrales destinadas a la gestión de la información sensorial, permitiéndoles crear una sensación de su propio cuerpo.
Esta teoría quedó confirmada al observar cómo las ondas cerebrales generadas por el movimiento de los bebés desaparecieron tras cumplir varias semanas de vida.
Kimberly Whitehead, coautora del trabajo, ha destacado cómo el hallazgo arroja resultados más que interesantes a la hora de mejorar y optimizar los cuidados destinados a bebés prematuros dentro del entorno hospitalario. Concretamente, en los estímulos sensoriales que se les ofrece para facilitar su desarrollo total. Una de las medidas sería mantener a los recién nacidos anidados en sus cunas, permitiendo el contacto con una superficie cercana cuando pateen, recreando así el reconocimiento del entorno que llevan a cabo en el útero materno.
Otra demostración sobre cómo descifrar pequeños detalles del cuerpo puede conducirnos a mejorar la calidad de vida.