¿Cómo cree que ha llegado la innovación al sector sanitario?
Creo que un poco tarde. Hemos ido siempre a rebufo de la innovación en las empresas más bien de tecnología. Aquí se plantea como un mantra. Pero la innovación tiene que salir desde el conocimiento, desde saber lo que queremos hacer y hacia dónde queremos llegar.
¿Cuál cree que es la asignatura pendiente en materia de innovación?
Implicar más al paciente, porque nuestro objetivo final es su salud. Debemos conocerlo, empoderarlo, ver qué resultados en salud obtenemos con nuestra actividad diaria y poder perfilar la innovación acorde a eso.
¿Cuáles son las variables que tienen que existir en un hospital para que surja la innovación?
La más importante es que la organización crea que hay que hacer innovación. Los equipos directivos tenemos que hacer una cosa muy importante, que es la gestión del conocimiento. En este hospital, por ejemplo, hay 47 profesiones diferentes. Donde hay conocimiento tan diverso, hay que saber dónde está y cómo gestionarlo. Las variables son muchas y tiene que haber una transversalidad entre todos los servicios para poder innovar.
¿Cuál es el día a día de un proyecto de innovación en este hospital?
Bueno, yo más que del día a día hablaría de medio o largo plazo. Nosotros tenemos proyectos innovadores, por ejemplo, en enfermedades raras, en enfermedades metabólicas… Son proyectos que nos llevan años, donde se reúnen los grupos transversales de diferentes servicios y se van llegando a objetivos. Es mucho trabajo, mucha dedicación y mucha ilusión.
¿Considera positiva la colaboración multidisciplinar para maximizar la innovación?
Por supuesto, porque existen muchas variables en el proceso de cura de un paciente. El segundo paso es compararlo con otros hospitales y decir: ¿esto lo han hecho otros? ¿Con qué resultado? Coger el proyecto y adaptarlo a cada entorno, porque se trabaja diferente en Andalucía, en Asturias o en Aragón, pero el objetivo es el mismo.
Si tuviera que definir el carácter de los proyectos innovadores de este hospital, ¿cómo sería?
Al final lo que hacemos es reingeniería de procesos. La innovación surge desde el conocimiento de lo que está pasando. Debe ser sobre todo universal, lógica y práctica, evidente-mente.
Proyecto de entornos de realidad virtual del Hospital Universitario Miguel Servet presentado en Zinkinn
Si pudieras pedir tres deseos o tres recursos para llevar a cabo los proyectos de innovación, ¿cuáles serían?
Yo pediría un presupuesto específico, elegir nosotros a las personas que potencien cada idea y poder escuchar más a los pacientes.
Respecto a los profesionales sanitarios que están en equipos de innovación, ¿qué considera que necesitan?
Sin duda deben tener conocimiento de lo que quieren hacer y el problema. Después que sueñen, que tengan inquietudes y, por último, recursos.
¿Por qué áreas cree que van a venir las próximas innovaciones que cambien la salud?
La innovación tiene que hacer más eficientes los recursos y que al paciente le repercuta directamente. Así que de las áreas que faciliten el trabajo diario y las relaciones personales.
¿Quiere comentar algún proyecto de innovación?
Bueno, el proyecto estrella que tenemos ahora es el SAMPA, nuestro primer proyecto pionero en España, con recursos europeos. Se trabajó en áreas multidisciplinares, hubo mucho trabajo y aprendimos, sobre todo, lo que no debíamos hacer.