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La obesidad crece en el mundo, pero no como creíamos

Nutrición
postobesidad

Durante las últimas décadas, una de las ideas más comúnmente aceptadas en cuanto a las causas del aumento de la obesidad a nivel global ha sido la creciente urbanización de las ciudades. La hipótesis se sustentaba en la suposición de que los estilos de vida de las zonas urbanas predisponían a un consumo mayor de comida menos saludable: alimentos ultraprocesados y rutinas diarias que favorecen el sedentarismo. Esta teoría, cuyos fundamentos parecían bastante coherentes con una relación causa-efecto demostrable, ha sido puesta en entredicho en un estudio de reciente publicación en la revista Nature.

Realizado por investigadores del Imperial College de Londres, la investigación ha sacudido los cimientos de lo que hasta ahora conocíamos sobre los índices demográficos de la obesidad al asegurar que ésta se extiende a mayor velocidad en zonas rurales que en áreas urbanas.

Para demostrarlo, el equipo del Imperial College lideró a un grupo de más de 1.000 especialistas internacionales, quienes analizaron los datos y patrones de salud de más de 112 millones de adultos procedentes de 200 países, abarcando un periodo de 32 años, desde 1985 a 2017.

Las fuentes en la que se han basado para realizar el estudio han sido nada menos que 2.009 estudios poblacionales donde se indicaban dos valores fundamentales: el peso y la altura de los individuos. Con ambos datos, es posible calcular el Índice de Masa Corporal de cada persona, lo que permite a su vez determinar si un sujeto padece o no obesidad.

A continuación, procedieron a establecer una correlación entre el aumento de peso y las zonas geográficas analizadas. Así, descubrieron que, a nivel general, las mujeres presentaron un aumento de peso de 2.0 kilogramos por metro cuadrado en todo el mundo, mientras que en los hombres fue de 2.2 kg. Sin embargo, el dato que más llamó la atención de los investigadores fue cómo los índices de masa corporal aumentaron sobre todo en zonas las zonas rurales de países en vías de desarrollo. La cifra no es nada desdeñable: el incremento del Índice de Masa Corporal fue de más del 80% en dichas zonas.

 

Durante el periodo analizado, descubrieron los investigadores, el aumento del IMC a nivel global fue de 2.1kg por metro cuadrado en zonas rurales, mientras que en zonas urbanas, fue de 1.3 kg para las mujeres y de 1.6 kg para los hombres.

Tal y como señala Majid Ezzati, autor principal del estudio y profesor del Imperial College, “el debate en torno a la salud pública suele centrarse mucho más en los aspectos negativos de vivir en las ciudades. Sin embargo, éstas proveen de una amplia gama de oportunidades para una mejor nutrición, más ejercicio físico y entretenimiento y, en suma, una mejor salud general.”

Según Ezzati, aunque las comunidades rurales en los países en vías de desarrollo han evolucionado a nivel económico en comparación con su situación en los 80, ello ha supuesto un descenso en los niveles de actividad física de los habitantes, así como un aumento de su acceso a alimentos menos sanos.

“(…) el reto actualmente para estas zonas rurales ha evolucionado de poder obtener los suficientes alimentos a poder lograr alimentos de suficiente calidad.”

Esta nueva aproximación a la problemática de la obesidad sin duda nos obligará a replantearnos cómo abordarla a nivel general.