A pesar de la gran concienciación que existe sobre la importancia de las donaciones de órganos, el número de ellas sigue siendo insuficiente en relación a la demanda que existe actualmente.
Ante esta situación los científicos se han puesto manos a la obra, aprovechando las nuevas tecnologías. Y no hay una tecnología que esté irrumpiendo con más fuerza que la de la impresión 3D. Hemos tenido la oportunidad de comprobarlo en numerosos proyectos presentados en Zinkinn, como el del área de Obstetricia del Vall d´Hebrón o el de traumatología y cirugía del Hospital Miguel Servet de Zaragoza. Sin embargo, la aplicación de la impresión 3D ha ido más allá de los materiales “artificiales” para adentrarse en un terreno apasionante: la nueva frontera se encuentra en la investigación y desarrollo de órganos y tejidos mediante esta tecnología.
El procedimiento que se está llevando a cabo es innovador y ya han conseguido crear una serie de tejidos como huesos y cartílagos, que en un futuro muy cercano sustituirán a las actuales prótesis de titanio o acero.
Esto ha sido posible mediante la creación de cuadrículas de policaprolactona (PCV), un poliéster alifático biodegradable, en el que se inyectan células en las cuadrículas impresas, que poco a poco se “comen’’ el material formando hueso o cartílago, dependiendo del tipo de célula con que se esté trabajando.
En la actualidad se están planteando dos hipótesis sobre cómo introducir estos tejidos en el cuerpo humano: introducir la cuadricula con las células en la parte rota del hueso o cartílago para su posterior regeneración dentro del cuerpo, o crear un ecosistema artificial para la reconstrucción celular del tejido, que posteriormente se implantará en el enfermo.
Tras los buenos resultados, los diferentes grupos de investigación a nivel mundial se han atrevido a ir un paso más allá, ampliando la meta a la creación de órganos completos y funcionales. Es destacable el caso del prototipo de riñón artificial creado por científicos de la Universidad de California en San Francisco, capaz de filtrar las toxinas de la sangre, así como la creación de ovarios funcionales, creados por investigadores de la Universidad de Northwestern en Chicago. Esto fue posible mediante un andamio a base de un biogel obtenido a partir del colágeno, posteriormente rellenado con folículos ováricos (formaciones esféricas en las que se encuentran los óvulos), consiguiendo ovarios sanos totalmente funcionales. Los nuevos órganos fueron implantados en hembras de ratón, logrando ovular y quedarse embarazadas, dando a luz perfectamente.
Así, vista la velocidad que ha alcanzado el desarrollo de esta novedosa tecnología, quien sabe si llegaremos a ser testigos de la primera impresora 3D de seres humanos. De momento se limita a los órganos. Y se ha vuelto un salvavidas inesperado para miles de personas en todo el mundo.
