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Perros, el nuevo peor enemigo de la malaria

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Seguro que más de una vez habéis oído una historia sobre perros, gatos o incluso loros que ayudaron a detectar de forma precoz un tumor o el inicio de una patología severa. Más allá de la anécdota, estos casos siempre se han tratado con cierta distancia y cautela por parte de la comunidad científica, observándolos más como excepciones que como potenciales sistemas de detección. Sin embargo, la Escuela de Medicina Tropical de Londres ha roto este escepticismo con una investigación tan sorprendente como esperanzadora.

Lexi y Sally son dos perros de la raza labrador. Freya, una Springer Spaniel. Y los tres tienen algo en común: son capaces de diagnosticar la malaria olisqueando a las personas infectadas antes incluso de que comiencen a presentar los primeros síntomas.

Los datos del estudio, presentados durante la reunión de la Sociedad Americana de Medicina Tropical e Higiene celebrada en Nueva Orleans (EE.UU), muestran cómo los animales han sido capaces de acertar en un 70% de las ocasiones, suponiendo un margen más que aceptable. Esto supondría que nos encontraríamos ante la primera prueba rápida y no invasiva con la que diagnosticar una enfermedad que en zonas como África Occidental está causando auténticos estragos. Además, permitiría contar con un sistema de detección allí donde por una cuestión de recursos o accesibilidad no es posible contar con laboratorios equipados adecuadamente.


 

El procedimiento para entrenar a Lexi y Sally consistió en un entrenamiento consistente en distinguir el olor de niños infectados con la enfermedad y niños sanos. Para ello, se analizaron 175 muestras de calcetines, donde se incluyeron 30 de niños con malaria que dieron positivo en un análisis de sangre. Los canes acertaron positivamente el 70% de las muestras infectadas, elevando esta cifra hasta el 90% a la hora de detectar cuáles de los niños estaban sanos.

A pesar de parecer un procedimiento rudimentario, el éxito de la investigación podría abrir la puerta a la creación de un sistema electrónico de detección de la malaria basándose en patrones olfativos, una innovación que, de nuevo, tendría su origen en los aspectos más cercanos y naturales de la vida.