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Sangre para todos: así han conseguido crear nueva sangre universal.

Innovación tecnológica
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Seguro que más de una vez, paseando por tu ciudad, has visto uno de esos camiones gigantes de la Cruz Roja o alguna de las campañas estacionales donde, de tanto en tanto, se pide siempre lo mismo: tu donación de sangre. Porque, como bien dicen, cada gota cuenta. Sin embargo, en muchas ocasiones no se trata de una mera cuestión de cantidad. A veces la escasez de grupos sanguíneos poco frecuentes puede llegar a crear situaciones de riesgo en hospitales y centros médicos, ya que, llegado el momento, es posible que esa situación de emergencia no pueda resolverse debido a la falta del tipo de sangre adecuado.

Sin embargo, este problema se vería parcialmente resuelto gracias a la conocida como “sangre universal”, la del tipo 0 negativo, la más demandada en los hospitales ya que puede ser donada a cualquier persona sin presentar problemas de compatibilidad. Y ahora un grupo de investigadores de la Universidad de Columbia Británica, liderados por el científico Stephen Withers, han descubierto la existencia de unas enzimas presentes en el intestino humano capaces de convertir los grupos sanguíneos A y B en el tipo O -. La capacidad transformadora de estas enzimas ha podido ser estudiada gracias a técnicas de análisis masivo de ADN (metagenómica), una técnica innovadora que está abriendo un gran número de posibilidades en el campo de la microbiología. En este caso, gracias a esta técnica fue posible evaluar un alto número de genes de microorganismos especializados en la producción de sustancias capaces de dividir residuos del azúcar. Finalmente, tras descartar entre mosquitos y sanguijuelas, los hallaron en nuestro propio intestino, en la bacteria Escherichia coli. Gracias a ella es posible seleccionar aquellos genes capaces de codificar enzimas que puedan adherirse a los azúcarse simples que determinan los tipos de sangre A y B.


 

“Hemos estado particularmente interesados en las enzimas que nos permiten eliminar los antígenos A o B de los glóbulos rojos”, declaró Stephen Withers. “Si puedes eliminar esos antígenos, que son simplemente azúcares simples, entonces puedes convertir A o B en sangre tipo 0 negativo”.

Además, Withers también asegura mostrarse “optimista de que tenemos un candidato muy interesante para ajustar la sangre donada a un tipo común. Por supuesto, tendrá que pasar por muchos senderos clínicos para asegurarse de que no tenga consecuencias adversas, pero se ve muy prometedor”

En principio, el estudio ha demostrado que el nuevo procedimiento es 30 veces más eficaz que uno similar ya empleado sin demasiado éxito en 2007. De continuar con los resultados positivos, es posible que nos estemos encontrando ante una de las grandes soluciones a la eterna lucha por contar con sangre suficiente en nuestros hospitales.